Concepción


Concepción es una mujer soltera y tremendamente devota. Su mayor ilusión los domingos es ir a misa, pero antes le gusta ir a limpiar un poco y que la iglesia sea digna del rito que allí se celebra, pero lo hace por devoción. La iglesia y la religión son su vida porque no tiene familia. Tiene un don para escuchar todo tipo de conversaciones privadas. En el mocho de la fregona tiene enrollado un rosario, su bien más preciado.

Adoraba al Padre Francisco, el antiguo cura, y no puede haber nadie que lamente más su reciente muerte y posterior sustitución por el Padre Pío.